Decálogo para modelos
La disposición para situarse frente a un fotógrafo se facilita cuando el modelo conoce lo que está haciendo, así que me animado a ofrecer consejos que considero imprescindibles antes de mi sesión.
Para que no os pongáis tensos frente al fotógrafo...
Para empezar, es importante que sepas que para mí es importante no fotografiar una pose. Me gusta fotografiar la naturalidad de las personas, como son, cómo ríen (no cómo fingen que ríen). Por eso te voy indicando trucos para que actúes como eres. Y no, no es nada difícil (más bien es divertido).
Una pose revela tu aspecto físico y es perfecto que una familia se muestre arregladita, claro que sí, pero yo quiero llegar siempre más lejos, más adentro.
Necesito un aspecto físico natural, y que saques a la persona que llevas dentro. Como conductor de la sesión fotográfica es importante que me escuchéis y sigáis mis indicaciones. Trataré de conoceros antes, claro, para eso la reunión previa, para así, captar vuestra esencia.
Necesitaré vuestra ayuda, así que aquí van 10 consejos para que se os vea espléndidos
1. Tu peinado de todos los días
El peinado para la sesión no es necesario que sea “de súper-peluquería”. Ya sabes a qué me refiero, a mí no me interesa el peinado que te marcas el día de la boda de tu mejor amiga, porque esa no eres tú. Claro que, si este peinado de súper peluquería es el que llevas todos los días, es el que todos queremos ver, tú la primera.
Ve a la peluquería, claro que sí, para que te arreglen un poco. ¡Lo que no queremos es que te presentes frente a la cámara como si te acabaras de levantar tras una noche horrible!
Con respecto al corte de pelo de hombres y niños, lo recomendable es llevarlo al día, que no surjan greñas ni mechones díscolos, a menos, una vez más lo digo, que ese pelo díscolo forme parte de su personalidad.
2. Maquillaje sí, pero poquito
Todos sabemos que el maquillaje idóneo es el que realza tus facciones con el mínimo toque. ¿Es necesario el maquillaje? Puedes intervenir en la sesión tal como eres, de hecho los hombres nos presentamos sin maquillaje, pero pintarte los ojos o los labios siempre es un punto a favor de realzar tu apariencia.
Si los hombres se presentan con mitificador en la cara, evitaremos muchos brillos indeseados, sobre todo si tienen la piel grasa. ¿Has maquillado alguna vez a tu pareja? Aquí empieza la diversión.
Ya digo, no abuses. A mí me gusta ir a los extremos para comprender mejor las cosas: imagina que te marcas los labios con un color contundente y que estás tan nerviosa que abusas y... En este caso, te acercarías al maquillaje de un payaso, es decir, a una capa de materia que oculta a la persona que está debajo. Suena feo, pero es así.
De los granitos, ni te preocupes. Los elimino en un instante. Lo de las arrugas, las puedo minimizar, pero no borrar; si las borro, no serás tu.
3. Tus mejores trapos
Sí, esos “trapos” con los que os sentís bien, no aquel vestido que llevaste una vez y con el que te sentías incómoda. Pensad que, en mis sesiones, podéis cambiaros de ropa varias veces. Podéis vestiros con el traje que usasteis en la última boda, claro que sí, ¿por qué no?, pero también con el vestidito que tanto te gusta llevar en verano, y ese sombrero que siempre miras y nunca te pones porque crees que llamarías mucho la atención en la calle.
Una sesión de fotos es también una especie de confesionario, un reflector donde vais a mostraros exactamente como sois, por fuera y por dentro.
Los niños, con su camiseta preferida, con su vestido arrebatador. ¡No queremos que rompan a llorar porque la camisa le tira y no dejará de llorar hasta que se la quitemos!, ¿verdad?
4. Sentirse bien
No se trata de agobiarse con los minutos que van pasando en la sesión. No tenemos prisa ni el fotógrafo se va a poner nervioso.
Vamos a ir organizando escenas antes que “posar”. Me explico. Una "pose" es situarse estáticamente frente al fotógrafo: los modelos se colocan, una mano aquí, la otra allá, y la barbilla arriba y mira a tu hijo y tú mira a tu hermana... y mantienen la posición hasta que el fotógrafo dispara y consigue una imagen rígida y, encima, a ti, que has levantado la barbilla tal como te han indicado, se te ve extraña.
Una escena es más dinámica. Es, por ejemplo, utilizar el sofá como un lugar de juegos. O retozar sobre el césped junto a la piscina. Tocarse unos a otros, reírse, enfadarse, que alguien cuente una experiencia y los demás le miren, que uno de los niños explique a los demás en qué consiste esa maquinita con la que se pasa el día enamorado...
Una escena es que suceda algo entre los modelos, para que cada uno muestre su personalidad.
En una escena uno no debe preocuparse de si sale mi lado bueno o si estoy cerrando los ojos, tragedias que suceden en las poses organizadas, sino que se actúa naturalmente.
Es misión del fotógrafo dirigiros si algo no aparece fantástico.
5. Mírate en el espejo, antes de la sesión
Sí, pero no como lo haces todos los días cuando, presa del sueño, te acicalas para arremeter al día con cierta eficacia. Juega con la cabeza y con las manos. Ladea la cabeza a un lado y a otro, alza la barbilla y bájala. Obsérvate y toma nota.
6. Relax
Sucede que, normalmente, si alguien se queda de pie frente al fotógrafo, todo es tan estático que tus piernas quedan rectas, como si no existieran rodillas, cuando lo normal es que las piernas no estén tan rígidas y que las rodillas se doblen, poco o mucho. Si estás de pie, yo trataré de que te muevas, ayudándote a ser natural.
Lo mismo con los hombros rígidos, que se estiran. Y sucede con cualquier detalle, con la expresión de tu cara, de tus manos. Te recomiendo que dejes en manos del fotógrafo la responsabilidad de la sesión.
Esto es como cuando organizas una fiesta en tu casa y te dedicas a preparar los alimentos, las bebidas y sirves a los invitados y recoges los derramamientos accidentales con la fregona... ¡No! Imaginad que sois los señores de la casa, con servicio, y que el servicio se encarga de esas menudencias para que vosotros podíais dedicar vuestro encanto a los invitados, es decir, a aparecer monísimos en las fotos.
Hablando de rigidez, sucede alguna vez que los hombres de la familia no son muy participativos, es decir, están porque tienen que estar. Es misión del resto de la familia estimularles antes de la sesión.
7. La manera de sentarse
Sé que me repito con lo que hay que ser natural. Pero lo que sucede normalmente en una sesión no preparada es que la gente se sienta de una manera que cree muy chula, muy innovadora, en vez de hacerlo como se siente más cómoda.
La clave es no forzar ninguna postura.
Ni sentados ni de pie. Bueno, si veo que tu postura es muy despreocupada, ya organizaré algo para rendirle tributo. ¡La verdad es que a veces nos hundimos en el sofá y desaparecemos!
8. Las manos son un elemento importante
Ay, ay, ay, te estarás diciendo, ¿y cómo pongo las manos, qué hago con ellas cuando estemos en la sesión? La respuesta te va a gustar: no pienses en ellas. Solo úsalas. No las metas en los bolsillos. Toca a tu amante en el cuello, arréglale el pelo a tu hijo, señala a tu hija con simpatía mientras le dices con la mirada “¡tú has visto lo guapa que estás!”.

9. Hablar, hablar, hablar
Claro que puedes decir lo que quieras en la sesión. Proponer posturas, escenas, juegos. Puedes decir lo que te dé la gana. Pero, atención, no te pases todo el tiempo hablando.
Si un modelo habla y habla y habla y no para de hablar, no habrá una sola foto hermosa.
Se le verán los dientes asomando por entre los labios con una expresión más cercana a la fealdad. O unas caras que, de verdad, yo las he visto, son inverosímiles.
Yo siempre he soñado con los modelos que hablan sin abrir la boca. Ya sabes: una mirada de amor, de complicidad entre los amantes, de ternura, de “ya verás lo que hacemos cuando esto acabe querida parejita mía y pongamos a dormir a los niños”.
10. No te obsesiones con tu actuación
Si os habéis vestido, maquillado y peinado con naturalidad, si os comportáis con espontaneidad, los que posáis no sois los responsables de que la sesión sea un desastre. Deja en manos del fotógrafo que sepa primero hacer que os comportéis como sois y, segundo, que se encargue de captaros como sois. Confiad en él; si no confiáis en él, mejor cambiar la actitud (o el fotógrafo).
Y... otras anécdotas
Pero, pero, pero si hace un frío enorme en el bosque, ¡ni me quito la bufanda!
Con bufanda estarás monísima. Pero no olvidemos que somos mujeres valientes. Vas a parir un hijo, un
acto de valentía inherente a todas las mujeres. Además, ok, la Naturaleza en invierno no es tan
luminosa, pero tiene un encanto cercano al mundo de los cuentos que vamos a aprovechar. Y si vas a liberar tu barriga para que la fotografíe, te prometo que no estarás más de 20 segundos descubierta.
Lo que no veo muy coherente es hacer creer al futuro (cuando veas las fotos tú, tu hijo y tu familia más adelante) que el clima era veraniego si vas a parir en diciembre.
Cada estación tiene su luz y todas son espectaculares.

¡Ah, me ha salido un granito!
Pues ni te preocupes. Te lo elimino sin ningún problema en postproducción. Ese granito puede que sea tuyo, pero lo es temporalmente. Es decir, no forma parte de ti. ¡Granitos fuera!
Otra cosa es que me pidas que te quite las arrugas. De la misma manera que un buen fotógrafo puede convertir una nariz de tamaño normal en una napia inmensa o en una naricita minúscula, yo puedo hacer lo mismo con tus arrugas, disimularlas, pero...
...si te elimino totalmente las arrugas, no serás tú.
A que ahora te sientes más segura de ti misma
...para que tu hijo en un futuro pueda ver cómo se encontraba su madre cuando le llevaba en el vientre, esto es, guapa, radiante y feliz... yo creo que no hay mejor regalo que este.